Quizás en uno de estos días
llevemos la incertidumbre a otro lado
como quien barre la vereda...
O si los sucesos prolongados en el tiempo
tuvieran el habla suficiente,
amancerían charlando entre ellos
en la desesperación de ser escuchados.
Así, tenemos la consecuecia:
al despertar hemos hecho de la sonrisa
una flor de tela.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Cotidianeidades
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