jueves, 27 de noviembre de 2008

Modos alternativos de vida

Uno podría ser investigadora, usar esos raincoats grises o azules en callejones con luces ámbar y de garúa, tratando de sacar esa fotos in fraganti de aquellos paparulos desprevenidos.

Siempre esta también el de volverme hippie y recorrer el país en alpargatas, rebelándome contra el stablishment al no bañarme en semanas.

martes, 25 de noviembre de 2008

Antes

Una conmemoración a vos:
tu recuerdo tiene un tono de limosna.

Me surge, del medio de mi cuerpo
porque yo antes escribía cosas
que decían que te hallaba:
en las notas circulares de las nubes,
en las burbujas hechas con detergente,
en los arcoiris de neon.

Antes, sí antes
del desmoronamiento de tu risa
antes de empezar la madrugada
yo solía escribirte cosas
con formas de origami

domingo, 16 de noviembre de 2008

Insomnio Madrugado

Cuando las personas estan insomnes generalmente miran televisión hasta dormirse, entonces se despiertan a eso de las cuatro de la madrugada para encontrarse que la pelicula que estaban viendo se ha desvanecido dando paso a alguna otra, o si no a algún reality show o la tan querida pantalla con los siete o doce colores... A veces se les da por leer libros de algún tipo, se les da por quedarse mirando el techo de su habitación pensando en el pasado o en el futuro, en aquello que por algún motivo esta fuera de su alcance, entonces desperdician horas enteras en razonar la vida y sus atributos, atributo que a esta altura deberían saber que son inmanejables y que nunca llenar las espectativas de la finitud de todo y de nada.

Bueno, yo cuando estoy desvelada se me da por escribir, escribir pelotudeces violetas como las ojeras que acosan a mis párpados inferiores y de nada me sirve mirar peliculas, leer libros, hacer de vidente ciega, se me da por escribir, se me da por tomar algún tipo de bebida (agua no) y escuchar música, quizás alguna charla de lo que ha acontecido en las últimas horas de...

Y heme aqui desvelada haciendo lo que me sale mejor: estar preocupada.

Porque no es fácil preocuparse y sentirse como en Martes 13, como esperando a que de pronto alguna muñeca de porcelana te salga de la negrura e intente asesinarte, o verte envuelta en la dimensión desconocida donde una radio vieja te haga de puente con gente de otra dimensión y vos pienses cualquier cosa que nada tiene que ver.

Todo el mundo piensa que comerse un chocolate es completamente inofensivo pero de ahi a tomarse un vaso de vino ya es un poco sospechoso, hay que darse el gusto, dejáme de joder, hay que darse el gusto que le vamos a hacer, uno tiene tan poco tiempo que ni se da cuenta, uno asume como cierto que se va a levantar al otro día, Dios! Cuantas certezas que de ciertas no tienen nada.

Escucho música y me gusta el vino que me rueda cuesta abajo por la garganta y me gusta el saborcito entre amargo y dulce y me gusta este olorcito a uva en mis labios, me gusta estar escibiendo lo que escibo, me gusta la música que escucho y me siento enamorada de mis tiempos extraños, hasta me siento enamorada de mi soledad que se empeña en acompañarme.

Son raros los accesos de enamoramientos que se tienen y todos ocurren de noche, me ocurren como ocurren las estrellas a la noche y que tienen de malo las estrellas, que tiene de malo dejar crecer un cariño fortuito a las tres de la madrugada.

Ojalá que todo el mundo pueda darse el gusto pasajero, ese gusto que uno debe darse, una obligación con uno mismo y que sé yo, no me miren a mi que estoy un poco a la deriva y a estar horas cuesta concentrarse... Cuesta...

A esta hora también me recuerdo de él tan inalcanzable como el vacío de mi vaso, cierro con Rilke unos de mis autores preferidos (mejor en su idioma original, mis queridos... Mejor en su idioma):

CANCIÓN DE AMOR

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!