sábado, 22 de marzo de 2008

Pastorella - Fragmento

Este es un fragmento de un cuentito llamado Pastorella, lo empecé pero al no llevarme a ningún lado no lo terminé, (la mezcla de personas es intencional) hoy me pasó algo similar a lo que narro, que locura no?

(...) Suponés que hay algo malo con vos, debe haberlo, no hay otra explicación, yo no la encuentro, quizás sucede que creés demasiado en las personas, y hay un desengaño que palpita en la garganta, como un: lub dub, lub dub... Lo que muchas veces nos hace emitir un ahogado: "ah", casi con el último hilo de aire, ese "ah" de cuando caés en cuenta que en realidad las cosas no son lo que vos pensabas, que en realidad está todo mal y esa inevitable sensación de idiota porque todos sabíamos menos vos, sí vos que estabas tan confiada en que sí, en que a lo mejor..., entonces emitís ese "ah" porque no es que se te caiga un ídolo, no, es que en realidad empezás a comprender y no se te ocurre nada mejor...

Acaso lo terrible de admirar a alguien es comprender que ese alguien en realidad te detesta, (bajo el supuesto que se conozcan, no?) y cuando entendés porqué, se te abre una mini herida y es tu culpa nomás porque vos te dejaste domesticar. Nosotros no queremos hacer nada.

A veces se me da por pensar que el estado de melancolía es el recuerdo de cuando te decían la verdad, quizás continuamos haciéndolo, pero todo te sabe a falso, preferís lo que se llama "directas" a descubrimientos casuales que dañan conceptos llevándote a plantearte si vale la pena, o reaccionar trayéndote a la mente una estúpida frase de autoayuda de Dyer.

Creemos eso sí, que hay personas destinadas a ser hilarantes y queridas por muchos, que simplemente está en su naturaleza... encajar, y después te pienso, y te veo como una pieza de rompezabezas defecturoso.

Mucho tiempo traté no ser yo, no funcionó, después traté ser yo, tampoco sirvió y ahora se ve no me quedé con ninguna, hubiera sido bueno que seas alquimista para poder reinventarnos mediante algún tipo de bebida mágica, o también nos hubiera gustado haber estado en otra época, sin embargo, después de muchas vueltas imaginarias te das cuenta que mis circuntancias me definen por tanto no podemos cambiarlas, sino que debemos movernos en ellas, y yo soy lo suficientemente torpe. (...)

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