Que genio Borges al titular un poema con ese nombre, quien diría que ese después del brillo fuera exactamentete lo que es un atardecer, aún más como el de hoy en el cual la lluvia dio un paso atrás y nos dejó unos momentos de escaso afterglow.
De más está decir que para sacarlas tuve que subirme a la escalera del albañil y casi me mato... pero valió la pena
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