miércoles, 21 de noviembre de 2007

Rarezas

Esta mañana cuando enfilaba para el trabajo, todavía dormida, vi algo monísimo y muy raro por supuesto, habrán sido las siete menos cuarto más o menos cuando pasé por una casa (yo caminaba por la vereda de enfrente) cuando sale de una casa este hombre vestido de militar, con los pantalones verdes veteados de otros tonos de verde, remera verde lisa un poco oscura, cinturón con el arma reglamentaria me supongo y uno de esos bolsos largos que suelen llevar los militares, la mujer con un pequeño en brazos lo acopañaba hasta la puerta del frente donde en la calle un remis lo esperaba con las baliza encendida.

Él se despidió de la mujer y al niño lo besó en la frente, para marcharse a quien sabe donde, hasta había un perro que no llegué a ver correteando por la esquina, todo esto en una fracción de minuto pero fue suficiente como para sentir como si estuviera en otro lado, no sé, fue como si me hubieran arrancado un recorte de revista con una foto así y me la hubieran pegado con cinta adhesiva.

Recordé mi propia infancia, los dolorcitos que suelen haber, las ausencias, y que sé yo solo que sentí mucha tristeza...




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